El río Paraná atraviesa una de las bajantes más fuertes de su historia y la reducción de su caudal ya deja a la hacienda en algunas zonas de islas en una situación crítica. Los animales, en su desesperada búsqueda de agua y comida, quedan atrapados en la orilla y, debido a su deteriorado estado físico, no pueden salir y mueren. A pesar de que los productores luchan por intentar rescatarlos, no dan abasto.